Sunday 4 October 2009

Cartas de Amor


Enlazando con el Proyecto Ausencia, mi padre me ha enviado esta reflexión, a raíz de la lectura de Palabras de Amor:

Amores en ausencia
Hay personas que disfrutan la ausencia del ser amado, a veces casi más que su presencia. Son aquellos que paladean la nostalgia, que encuentran placer en los sentimientos intensos, tranquilos, seguros y sin riesgo...y la triste melancolía es uno de ellos. Una de esas personas parece que fue Gabriela Mistral (1889-1957), poetisa chilena, premio Nobel, maestra de Pablo Neruda. Fue ella quien le inició en el instituto leyéndole poemas y lo hizo tan bien que Pablo también consiguió el Nobel. Debe de haber sido la primera vez que una maestra y su alumno consiguen el premio Nobel de poesía, los dos. Bueno, pues Gabriela Mistral vivió un amor arrebatador a distancia, que duró 7 años, con otro poeta chileno, Manuel Magallanes, al que nunca vio y con el que solo intercambio cartas. Es una historia triste, después de una amorosa y tierna correspondencia, Manuel quiso conocerla, pero ella no se dejó, quizás por falta de confianza en sí misma, por retraimiento, por falta de autoestima o por su carácter difícil, o quizás para disfrutar de su amor en ausencia:
"Me dices ingenuamente: 'Dame la dicha, dámela; tú puedes dármela.' Y conmovida hasta la tortura, yo miró en mí y veo con una claridad perfecta, que yo no podré dártela...Tú no serás capaz (interrógate a tí mismo) de querer a una mujer fea...Soy seca, soy dura, soy cortante. El amor me hará otra contigo, pero no podrá rehacerme del todo. Además, tardo mucho en cobrar familiaridad con las personas. Este dato te dirá mucho: no tuteo absolutamente a nadie. Ni a los niños... Tú ¿me querrás fea? Tú ¿me querrás antipática? Tú ¿me querrás como soy? Te lo pregunto y veo luego que no puedes contestarme…¡Niño mío! Yo no sé si mis manos han olvidado o no han sabido nunca acariciar; yo no sé si todo lo que tengo aquí dentro se hará signo material cuando esté contigo, si te besaré hasta fatigarme la boca, como deseo, si te miraré hasta morirme de amor, como te miro en la imaginación. No sé si ese miedo al ridículo que mata en mí muchas acciones bellas y que me apaga muchas palabras de cariño que tu no ves escritas, me dejará quietas las manos y la boca y la mirada gris ese día…Soy la más desconcertante y triste (lamentable) mezcla de dulzura y dureza, de ternura y grosería."(Extraído del libro Palabras de amor de José Antonio Marina, editorial Temas de Hoy, 2009.)




Gabriela Mistral