Saturday 30 May 2009

ALTARES TERMINADOS I: INDIA



Y ahora que el gran evento pasó quiero mostrar más en detalle cada uno de los altares terminados. Tengo cuatro acabados: tres para contar mi historia y otro de una de las historias ajenas. Quería al menos realizar uno contando una historia de ausencia que no fuese la mía, ya que ese el sentido del proyecto, reunir, conectar, comparar, crear paralelismos entre historias de ausencia de distintas personas.

Para empezar a contar mi historia me situo en la India, donde conocí a Daire, así surge el altar de la India, el inicio, donde nos encontramos, donde empezó todo. Junto con los altares personales que guardamos cada uno del otro en la distancia, narra y representa nuestra historia.


Su función principal es guardar el diario de viaje, donde está escrita toda mi experiencia, toda mi visión subjetiva de un país, todas mis aventuras, recuerdos, emociones, lugares, olores, personas, sensaciones... Todo el interior está empapelado con fotocopias en blanco y negro del diario: dibujos, anotaciones, planes de trayecto, recortes, pensamientos... En el viaje me propusé escribir al final del día todo lo que había sucedido y conseguí mantener el hábito hasta el final.



En la esquina inferior derecha, tapado por el libro dorado, hay una parte de mi diario: donde hablo de Daire por primera vez (y de mis sentimientos hacia él). Escondido, este trozo de papel pasa desapercibido.

También hay recortes de periódicos indios, estampas de dioses hindúes y postales. Los pétalos de rosa y el incienso siempre están presentes en los altares de allí. Es un país muy espiritual, donde la religión se respira en el aire.



Hay muchas religiones diferentes, algunas representadas en este altar, con el libro sagrado del sijismo y las imágenes de dioses del hinduismo que destacan por el color oro. Escogí poner color sólo en algunas partes, apagando el fondo y dejándolo en tonos grises para destacar lo que quería. El color es muy llamativo y vibrante en India, en la ropa, en las flores e imágenes de los templos, en los pigmentos que emplean para hacerse marcas en la piel, pinturas en la cara, que poseen distintos significados culturales o estéticos, como el punto rojo o naranja en la frente, una raya roja en la línea del pelo, el khol en los ojos...



También he incluido en este altar joyas hechas con monedas antiguas (rupias). El que enmarca el altar con conchas se lleva en la frente, los colgantes a los lados enmarcando el rostro, lo llebavan las novias al casarse.
Con todos estos objetos, imágenes y recortes de texto trato de configurar una representación subjetiva e idealizada del país.