Siguiendo con el tema de la mano como 'habitáculo' de lo ausente, Sheng Qi (1965) es un caso que llama mucho mi atención. Tiene una serie de fotografías de su mano-con el dedo meñique amputado-sosteniendo pequeñas fotos en blanco y negro de familiares o personajes políticos. Él emigró a Roma en 1989 debido a la represión política y la falta de libertad de expresión en China. Pero antes de irse, se cortó el dedo meñique de su mano izquierda y lo plantó en un tiesto. Dice que aunque su cuerpo dejó China, una parte de él, su alma, permanecía profundamente enraizado en su país. “El proceso de mutilar una parte de mi mano estará conmigo el resto de mi vida.”
El fondo rojo de las imágenes resalta la violencia de la amputación y de la situación política en China. El hecho de amputarse el dedo y enterrarlo en su país es una forma muy cruda de representar la pertenencia y la ausencia. Además el formato diminuto de los retratos hace parecer que la mano amputada los protege. El dolor de la pérdida de los seres queridos y del lugar de origen subrayados drásticamente con el cuerpo.
Sin embargo, en las fotos de política la presencia de la mano sin dedo habla del maltrato por parte del régimen. También hay otros artistas como Doris Salcedo y Gustavo Germano que en su trabajo reflejan la dificil situacion de sus paises y sus obras, como testimonios colectivos, expresan el dolor de la pérdida de seres queridos.